Etapa extra Espadilla - Torrechiva - Toga


En el año 2021 nuestros Rayitos, en su gran excursión de verano, se recorrieron el Gr333, ruta por etapas que se pasea por los pueblos de la Mancomunidad Espadán Mijares. Pero esto no fue del todo cierto. En el espíritu aventurero de nuestros caminantes también había un poco de "deje tramposo", que se tradujo en evitar alguna que otra etapa buscando atajos y mejores caminos. El pueblo que pagó el pato fue Torrechiva, que dejaron de lado para ahorrar una etapa por falta de tiempo.

Año y medio después, en noviempre de 2.022, en un arrebato de dignidad, un grupo de Rayitos solventó el tema de Torrechiva. Hizo la etapa que faltaba, cerró el círculo y consiguió completar esta magnífica gran ruta.

La excursión planificada para este día fue la que, partiendo de Espadilla se llega hasta Toga pasando por el pueblo de Torrechiva. Son 13 kilómetros con un desnivel de 650m metros aproximadamente. Una etapa perfecta para una mañana de domingo.

Como esta ruta no es circular, nuestros caminantes tuvieron que hacer un poco de logística de transporte. Subieron con dos coches, dejaron uno en el destino y otro en el origen. Realmente hay poca distancia entre la salida y la llegada, tan solo 3 kilómetros, así que no les costó mucho a los senderistas dejar solucionado el movimiento de coches.

A esta excursión acudieron Bea, Elena, Gilbert, Isabel, Javi, Kiko y Vicent. Silvia iba a ir pero se le complicó el panorama a última hora. Estos 7 esforzados caminantes serían los que limpiarían el nombre de los tramposos Rayitos y completarían la gran ruta Gr333.

Aquí puedes ver el perfil de la ruta. La cosa empieza fuerte y luego ya se va más tranquilo.

Eran las ocho y cuarto de la mañana de un domingo de noviembre cuando el grupo salió de Espadilla. La primera subida se cogió con ganas. Era empinada pero los nuestros andaban frescos. La ascensión duraría varios kilómetros. La previsión, según el perfil, era de 5 kilómetros en subida más o menos continuada. Nadie había hecho la ruta pero, sobre el papel, no parecía nada superdifícil. El objetivo era superar un desnivel de 550 metros en esos 5 kilómetros. Un paseo para nuestros esforzados caminantes. 

Había un poco de inquietud en el grupo en cuanto al rendimiento atlético. Prácticamente nadie había entrenado desde hacía meses. La verdad fue que la falta de entrenamiento no se notó mucho. Quizá se fue un poco más despacio pero se lo pasaron igual de bien que si hubieran corrido como gamos.

En el grupo iba una persona especielmente contenta. Gilbert había estrenado reloj nuevo y estaba disfrutando de él. Ese reloj no era un aparato cualquiera. Era un Garmin con gps donde te podías cargar una ruta y la podías seguir directamente desde el reloj. Todo un adelanto tecnológico para el conjunto de Rayitos y especialmente para su poseedor. Previamente a la salida, Gilbert había cargado la ruta que se iba a hacer y, con un vistazo a su muñeca, sabía si se estaba siguiendo bien o no. Para nuestros Rayitos esto era muy útil. Hoy en día en la montaña es difícil que alguien se pierda pero es muy fácil que alguien se despiste un momento y vaya unos metros por el camino que no toca. Aquí la tecnología te ayuda mucho. Te avisa rápidamente "Yep tonto, que te has equivocado" y el portador del gps ya reacciona antes que el error sea más grande. El resto del grupo llevaban su gps en el móvil, como cualquier persona humana normal.


La ruta va subiendo por el barranco de la Piqueta, a la sombra del castillo de Espadilla. La senda es agradable y bien cuidada y el grupo iba bastante compacto. Durante toda la etapa el conjunto de Rayitos se mantuvo más o menos unido, evidentemente con el grupo de los más veloces en cabeza.

En el kilómetro 1,700 se alcanzó la fuente de la Piqueta. estaba seca, seca. Ni siquiera se pararon.


Un poco más arriba la senda desemboca en una pista de tierra y el desnivel se suaviza algo. El grupo disfrutó de un ratito de pista y comenzó a quitarse prendas de abrigo. El fresquito de la mañana se estaba yendo y el sol empezaba a hacer su trabajo. Se esperaba calor porque, aunque la temperatura no era muy alta, estaba totalmente despejado y sin viento.


En el kilómetro 4 se llegó a la fuente de Melic. Había una especie de caseta para resguardarse, un poco en mal estado. La fuente parecía seca. La zona estaba muy humeda y se oía un chorro de agua, pero los Rayitos no pararon a buscar el origen del sonido.

El camino discurría entre un gran bosque de pinos. Aunque era otoño, no había llovido y se veían pocas setas. Lo que si que había era mucha tierra removida por hocicos de jabalís. Seguro que ellos si que habrían encontrado algún rovellón, aunque el terreno no parecía propicio para este tipo de seta.


Una senda llevó a los Rayitos al pie del alto de Melic, en el Kilómetro 5 de la ruta. Allí estaban los restos del Corral Alto, prácticamente destruido. Aun quedaba algún arco en pie y la masía estaba cubierta de mucha maleza. Tras ella, en un alto, una gran era. Los caminantes se encontraban en el punto más alto de la etapa, a 720 metros. Se hizo una paradita y se degustaron unos pocos frutos secos cortesía de Javi y Vicent.

En aquel alto las vistas eran estupendas. Desde el mar hasta Penyagolosa, kilómetros y kilómetros de montañas a la redonda estaban a la vista.



Ahora era cuando comenzaba la bajada. En pocos metros llegaron al el Pilón de Torrechiva, antigua construcción que se usaba para separar los términos municipales. Este piĺón se ha hecho famoso porque muchas rutas pasan por ahí.


Esta etapa del gr333, como en el resto de etapas de la ruta, estaba en muy buen estado. Buena senda y buenas señalizaciones marcaban el camino donde no había posibildad de pérdida. Aunque Gilbert, para mayor seguridad, seguía mirando con mucho interés su gps de muñeca, al que sacaría todo el partido posible.

Poco a poco la bajada se iba haciendo más evidente. Había que volver al riu Millars, que estaba muchos metros más abajo. Algunos tramos de la senda eran un poco técnicos con tierra suelta que dificultaban el caminar. Bea se equivocó de zapatillas y llevaba unas de asfalto. Ella fue la que más sufrió pero, como es muy prudente, no hubo resbalones ni caidas. Se bajaba sin prisas y con buen rollito. El grupo de cabeza, como casi siempre iba liderado por Javi, Gilbert e Isa, detrás Vicent y Bea, con su caminar cuidadoso y más atrás Kiko y Elena. No hubo mucha distancia entre el primero y el último. Los primeros esperaban y los últimos se esforzaban.


Ya se estaba el el kilómetro 8,5, y los caminantes llegaron a Torrechiva. La ruta cruza el río por un puente y se asciende un poco para llegar al pueblo. Torrechiva es muy pequeño (93 habitantes) pero aun así y como no podía ser menos, nuestros Rayitos se perdieron un poco. Muy poco porque a Gilbert le avisó su gps de que se estaba colando. Gilbert estaba contento.

Los caminantes pararon un momento en la plaza para beber, hacer una par de fotos y continuar. Había ganas de andar.


Ahora tocaba volver a subir. Por el lado del polideportivo del pueblo se tomaba una senda no demasiado empinada que cubría los 100 metros de desnivel necesarios para llegar a la pista de Toga. Un hombre, que andaba haciendo faenas del campo explicó a los senderistas el destino de los distintos caminos que pasaban por allí. Tenía ganas de hablar y, la verdad, no se le hizo demasiado caso al pobre.

La pista, que luego se transforma en senda transcurre por un valle interior, cerca del barranco de la Solana, pero discurre por la parte sur donde el sol no pega tanto porque lo tapan las montañas. Es un camino fresco y bajo los pinos. Para el fantástico día que había salido, la ruta estaba siendo de lo más agradable.


La senda desemboca por fin en la carretera, al pie del puente que vuelve a cruzar el Millars, ya muy cerca de Toga. Nuestros Rayitos siguieron el asfalto hasta llegar al pueblo. realmente la ruta va por una pista paralela a la carretera pero los nuestros fueron a lo fácil.


Ya en Toga, sin ni siquera una cerveza ni nada, los Rayitos subieron al coche, fueron a Espadilla a por el otro coche y corriendo salieron disparados para casa. Era cerca de la 1 del mediodía y a la gente ya le picaba eso de la hora de comer. Javi y Bea subieron hacía Montanejos por motivos montañero-deportivos y el resto bajaron hacia Castellón.

Como resumen de la etapa, la ruta fue muy tranquila, en un muy buen día y con una muy buena compañía. Además sirvió para aprobar la asignatura pendiente de un gr333 inacabado y se sacó la espinita que llevaba año y medio clavada en algún Rayito.

Al final, según el gps de Kiko, fueron 12,3 km. con 664 metros de desnivel. Según los otros gps fue un kilómetro más. Todos coincidían. Seguramente sería cierto ese kilómetro de más. Por si acaso, quien haga otra vez este track, que se prepare para 13,5 kilómetros de recorrido. Así no fallará.


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Picha aquí para ver la ruta.


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